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  • Otro hombre derramará la sangre de aquel que derrame sangre humana, porque el hombre ha sido creado a imagen de Dios. (Génesis 9, 6)

  • Así el Señor los dispersó de aquel lugar, diseminándolos por toda la tierra, y ellos dejaron de construir la ciudad. (Génesis 11, 8)

  • Aquel día, el Señor hizo una alianza con Abrám diciendo: el río Éufrates: (Génesis 15, 18)

  • Agar llamó al Señor, que le había hablado, con este nombre: "Tú eres El Roí, que significa ‘Dios se hace visible’", porque ella dijo: "¿No he visto yo también a aquel que me ve?". (Génesis 16, 13)

  • Por eso aquel pozo, que se encuentra entre Cades y Bered, se llamó Pozo de Lajai Roí, que significa "Pozo del Viviente que me ve". (Génesis 16, 14)

  • Y el incircunciso, aquel a quien no se haya cortado la carne de su prepucio, será excluido de su familia, porque ha quebrantado mi alianza". (Génesis 17, 14)

  • Entonces Abraham tomó a su hijo Ismael y a todos los demás varones que estaban a su servicio -tanto los que habían nacido en su casa como los que había comprado- y aquel mismo día les circuncidó la carne del prepucio, conforme a la orden que Dios le había dado. (Génesis 17, 23)

  • Por aquel tiempo, Abimélec, que iba acompañado de Picol, el jefe de su ejército, dijo a Abraham: "Dios está contigo en todo lo que haces. (Génesis 21, 22)

  • Y a aquel lugar se lo llamó Berseba, que significa "pozo del juramento", porque allí los dos prestaron un juramento. (Génesis 21, 31)

  • Abraham aceptó la propuesta de Efrón, y teniendo por testigos a los descendientes de Het, pesó la cantidad que aquel le había fijado: cuatrocientos siclos de plata, según la tasación corriente entre los comerciantes. (Génesis 23, 16)

  • Aquel mismo día, los servidores de Isaac vinieron a traerles noticias sobre el pozo que habían estado cavando, y le dijeron: "Hemos encontrado agua". (Génesis 26, 32)

  • Pero aquel mismo día, Labán separó los chivos rayados y moteados, todas las cabras manchadas y moteadas -todo lo que tenía una mancha blanca- y todos los corderos negros, y los confió al cuidado de sus hijos. (Génesis 30, 35)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina