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Si haces morir a este pueblo como si fuera un solo hombre, las naciones que conocen tu fama, dirán: (Números 14, 15)
El Señor acompañó a Josué, y su fama se extendió por toda la tierra. (Josué 6, 27)
La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. (I Reyes 10, 1)
Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: tu sabiduría y tus riquezas superan la fama que llegó a mis oídos. (I Reyes 10, 7)
La fama de David se extendió por todas las regiones, porque el Señor lo hizo temible delante de todos los pueblos. (I Crónicas 14, 17)
La reina de Sabá oyó hablar de la fama de Salomón, y fue a ponerlo a prueba, proponiéndole unos enigmas. Llegó a Jerusalén con un séquito imponente, con camellos cargados de perfumes, de gran cantidad de oro y de piedras preciosas. Cuando se presentó ante Salomón, le expuso todo lo que tenía pensado decirle. (II Crónicas 9, 1)
Yo no lo quería creer, sin venir antes a verlo con mis propios ojos. Pero ahora compruebo que no me habían contado ni siquiera la mitad: el cúmulo de tu sabiduría supera la fama que llegó a mis oídos. (II Crónicas 9, 6)
Los amonitas le pagaban tributo, y su fama se extendió hasta las fronteras de Egipto, porque se había hecho muy poderoso. (II Crónicas 26, 8)
Además, mandó construir en Jerusalén máquinas de guerra ideadas por expertos, para ser colocadas sobre las torres y los ángulos, a fin de arrojar flechas y grandes piedras. Su fama se extendió hasta muy lejos, porque con la ayuda extraordinaria de Dios llegó a hacerse fuerte. (II Crónicas 26, 15)
Su fama fue creciendo cada vez más, mientras envejecía en la casa de su esposo, hasta llegar a los ciento cinco años. Otorgó la libertad a su servidora, y murió en Betulia, siendo sepultada en la caverna de su esposo Manasés. (Judit 16, 23)
ya que este ocupaba un alto cargo en el palacio real y su fama se extendía por todas las provincias: Mardoqueo, en efecto, se engrandecía cada vez más. (Ester 9, 4)
La Perdición y la Muerte dicen: "Sólo su fama llegó a nuestros oídos". (Job 28, 22)